viernes, 13 de junio de 2014

La Mona Lisa y el Número Áureo



“La Mona Lisa y el Número Áureo”

Si traducimos la proporción áurea en formas geométricas, observaremos que describe mágicamente muchas de las pautas que vemos en la naturaleza. Los arquitectos la utilizaban para crear edificios de excelente simetría.
Podemos ver como se expresa Fi en las pirámides de Egipto, el Partenón de Atenas y las catedrales góticas europeas; podemos percibir cómo los artistas y artesanos de todas las épocas la utilizan, y podemos verla como descripción perfecta de los principios del crecimiento y el dinamismo en la naturaleza.
Imagen:Joconde.gif
"La Mona Lisa Leonardo Da Vinci"
Se trata de un número que posee muchas propiedades interesantes y que fue descubierto en la antigüedad, no como “unidad” sino como relación o proporción entre partes de un cuerpo o entre cuerpos, que encontramos en la naturaleza en la morfología de diversos elementos tales como caracolas, nervaduras de las hojas de algunos árboles, el grosor de las ramas, proporciones humanas, etc. La sección áurea se usó mucho en el Renacimiento, particularmente en las artes plásticas y la arquitectura. Se consideraba la proporción perfecta entre los lados de un rectángulo. Los artistas del Renacimiento utilizaron la sección áurea en múltiples ocasiones tanto en pintura, escultura como arquitectura para lograr el equilibrio y la belleza. Leonardo la utilizó para definir todas las proporciones fundamentales en su pintura La última cena, desde las dimensiones de la mesa, hasta la disposición de Cristo y los discípulos sentados, así como las proporciones de las paredes y ventanas al fondo. Leonardo Da Vinci dio por primera vez el nombre de sectio áurea. Así pues Leonardo, en su cuadro de la Gioconda utilizó rectángulos áureos para plasmar el rostro de Mona Lisa. Se pueden localizar muchos detalles de su rostro, empezando porque el mismo rostro se encuadra en un rectángulo áureo.
Leonardo es un gran apasionado de las matemáticas y como tal lo demuestra en sus obras de arte. En el esquema se puede ver como el rostro de la Gioconda se encuadra perfectamente en un rectángulo áureo.
Se puede apreciar que justo la división del rectángulo áureo superior coincide con la raya de nacimiento del pelo, pasa por la mitad de la nariz. Con sucesivas divisiones del rectángulo áureo se aprecia como los ojos quedan perfectamente encuadrados.
Referencia: Malvilla, Natalia, “Da Vinci y el número Áureo”, Ed. Castellana, España, 2008, 398 págs.
Escrito Por: Carolina Ávila e Isa Salas

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